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Emojis y su adaptación a nuevos códigos de no discriminación

Durante los últimos años, la manera en la que nos comunicamos con el resto se ha adaptado tanto al avance tecnológico como a las barreras de movilidad, y por ende interacción personal, impuestas por la pandemia. Las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram, han sido fundamentales para mantener el contacto laboral y personal, cuyos mensajes no se elaboran exclusivamente en base a palabras, sino que parte importante del uso de estas plataforma usan Stickers, gifs y, por supuesto, emojis. 

Cada 17 de julio en todo el mundo se conmemora “El Día del Emoji”, como una forma de marcar una fecha que nos recuerde cómo ha cambiado la manera de comunicarnos. En la actualidad estas caras de color amarillo y toda su gama de simbolos e imagenes forman parte de nuestra rutina, con mucha más fuerza de lo que notamos.  

Con la explosión de redes sociales como Instagram, Facebook, Twitter, WhatsApp y muchas otras, y en respuesta a esta problemática no verbal llegó el boom de los emojis y sus derivados más actuales, los memojis, a mano de la inteligencia artificial, con el fin de aliviar un poco la falta de comunicación no verbal, humanizar los mensajes y potenciar una nueva forma de expresión. 

Fue en 1999 cuando NND Docomo lanzó los primeros 176 emojis para sus teléfonos, el objetivo era contar con una interfaz atractiva para expresar sentimientos e información de forma simple. Así comenzó todo. Varios años después, en 2010, los emojis llegaron a otras plataformas, el 2011 Apple agregó un teclado especial para estos íconos y al año siguiente Android hizo lo propio. Hoy hay más de 3 mil de ellos. 

En la primera década de uso masivo de Emojis, podemos resaltar su evolución, pues no sólo se han creado nuevos símbolos, sino que se han adaptado a los requerimientos de los usuarios dando paso a emojis que dan cuenta de la diversidad cultural, ideológica y sexual. Según constata el sitio emojimore.com,  el 2015 cuando se añadió la posibilidad de cambiar el color de piel a los íconos; el 2018 aparecieron íconos culturales y representación para personas en situación de discapacidad. 

El mismo sitio, especializado en emojis, indica que se envian 6 billones diariamente en el mundo; que el 92% de los usuarios de internet los usan y que un 45% de los enviados corresponden a caras felices. 

Hoy es posible verse totalmente identificado con ellos, ya sea por tu profesión, rasgos, cultura, género o familia. Reflexionando con lo anterior es indiscutible que, como todo en la vida, las comunicaciones cambian y evolucionan. Por eso, debemos aprender a adaptarnos y a crecer junto a ellas, con el fin de mejorar nuestras relaciones personales y profesionales, siendo inclusivos y expresivos. 

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