Hace 22 años, LinkedIn nació como una plataforma que buscaba algo simple pero ambicioso: conectar profesionales. Hoy es mucho más que eso. Es un punto de encuentro global, una herramienta estratégica para empresas y una vitrina de autenticidad para quienes entienden que la marca personal no se construye con slogans, sino con relatos y contenido de valor.
LinkedIn cambió las dinámicas laborales. Lo que antes se resolvía con una tarjeta de presentación o una reunión informal, hoy se inicia —y muchas veces se consolida— en un mensaje directo, una publicación compartida o una recomendación visible. El networking se ha democratizado. Hoy no importa si trabajas desde Santiago o Singapur: puedes conectar, colaborar y construir oportunidades con solo un clic.
Para quienes estamos en el mundo del marketing y las ventas B2B, LinkedIn se ha convertido en una extensión natural de la estrategia comercial. No se trata solo de publicar contenido: se trata de generar valor, construir comunidad y posicionarse como referente en un tema. Los datos lo avalan: según un informe de LinkedIn, el 80% de los leads B2B provienen de esta plataforma, superando ampliamente a cualquier otra red social. Y lo más interesante es que ese valor no lo generan los logos corporativos, sino las personas detrás de ellos.
Ahí es donde entra el poder del contenido generado por empleados (EGC, por sus siglas en inglés). Cuando una persona de tu equipo comparte un aprendizaje, un caso de éxito o incluso una duda bien planteada, no solo está mostrando lo que sabe: está humanizando la marca, generando confianza y conectando con otros desde un lugar auténtico. Y eso es exactamente lo que las audiencias valoran hoy.
Pero LinkedIn también ha sido clave para otro fenómeno que llegó para quedarse: la construcción de marca personal. En un mercado laboral cada vez más competitivo, tener presencia activa y coherente en esta red puede marcar la diferencia entre ser considerado o pasar desapercibido. Y aquí no hay fórmulas mágicas: lo que funciona es mostrarte como eres, con tus fortalezas, aprendizajes, experiencia, trayectoria, desafíos y logros.
Hoy celebramos un aniversario más de esta red que no solo nos conecta, sino que nos empuja a pensar en cómo nos mostramos, cómo aportamos y cómo nos relacionamos en lo profesional. LinkedIn no reemplaza el café con colegas, una llamada o una reunión presencial. Pero sí los complementa, los potencia y nos ayuda a estar más presente.
Sin embargo, con su crecimiento exponencial, LinkedIn también enfrenta nuevos desafíos. El primero: mantener la calidad y autenticidad del contenido en un entorno que premia el alcance. El segundo: proteger a sus usuarios del burnout digital y la infoxicación, especialmente a quienes usan la plataforma como herramienta diaria. Y el tercero, quizás el más importante, es garantizar que la inteligencia artificial y los algoritmos destaquen contenido valioso y no terminen replicando sesgos o creando burbujas.
En su aniversario, reconozcamos el valor de esta herramienta que ha transformado el mundo laboral. Y sobre todo, aprovechemos la oportunidad que nos da para seguir construyendo relaciones, aprendiendo de otros y dejando una huella profesional que trascienda el cargo o la empresa.